Wednesday, February 20
La polémica ha vuelto a la sociedad española con el reciente conflicto surgido en el Raval de Barcelona con la detención de unos presuntos terroristas islamistas paquistanies y con la sentencia dictada por un juez catalán en favor de que una niña musulmana lleve el "hijab", el pañuelo a la escuela contraviniendo las normas establecidas en el Reglamento de Régimen Interno del colegio ya que considera que el derecho a la educación está por encima del RRI.
Soy muy respetuosa con las sentencias pero en este caso discrepo con el juez. Obviamente la niña tiene derecho a la educación pero el colegio no le está negando este derecho sino la decisión impuesta por sus padres de asistir a clase con la cabeza cubierta, que es muy distinto. Si los padres insisten en esa exigencia, es su problema, les importan más sus tradiciones que la educación de su hija. Ellos deben ser los perseguidos. Que intervengan los Servicios Sociales haciéndose cargo de la niña para que pueda asistir al colegio en igualdad de condiciones con los demás niños
Los centros españoles han erradicado desde hace tiempo todo vestigio religioso de sus aulas (crucifijos, belenes...), se supone que estamos en un estado laico. Los católicos lo aceptamos pero hete aquí que ahora debemos contemplar cómo las niñas musulmanas llevan velo proclamando que es su expresión religiosa y cultural.
Alegando asimismo razones religiosas se están empezando a hacer menús especiales en los colegios para los alumnos musulmanes al no poder ingerir ciertos alimentos. En mi opinión se debe velar por una buena dieta para los niños, todos ellos, musulmanes, judios, católicos... y mejorar el menú lo más posible permitiendo sólo uno especial por razón de salud o por prescripción médica.
Y volviendo a la cuestión del velo, no creo que sea una enseña religiosa lo que cubre con "chador", "hijab" o "nikab" a las mujeres. Es pura y llanamente machismo. El pañuelo es un símbolo de sumisión, sumisión a la tradición, al hombre. No solamente un rasgo cultural. Es un signo de la desigualdad de la mujer en la sociedad musulmana. Unas mujeres a las que se les enseña a taparse y a hacerles creer que es una seña de identidad, de su fe, de su feminismo. Se les enseña a callar y a hacerles creer que es un rasgo cultural, se les enseña a satisfacer sexualmente al varón y les dicen que es un sacrifio patrio o religioso. Les obligan a contraer matrimonios pactados y deben acatarlo, les amputan, por fin y tienen que callarse.
Cuando nos negamos a admitir a estas niñas cubiertas en los centros de enseñanza, no pretendemos vulnerar unas costumbres o tradiciones, sino que defendemos unas libertades que nos han costado mucho tiempo y esfuerzo el conseguir desembarazarnos completamente del influjo de la religión católica y de nuestras tradiciones. No vamos a retroceder ahora.
Por lo tanto, considero que no hay libertad en el tocado de las niñas en la escuela sino sometimiento y silencio impuesto masculinamente.
Para empezar a ser libre, la mujer debe despejar su cabeza de tanto trapo machista y que su cuerpo no sea un producto para el macho consumista que supone que el cuerpo de la mujer es el responsable de la excitación sexual del hombre, en vez de que el propio hombre sea responsable de sus actos.
Un velo no es lo mismo que llevar una peineta con un clavel rojo para afirmar una cultura o tradición. Es negar el rostro, la identidad, la sexualidad, la libertad de las mujeres. ¿Lo llevan con libertad cuando no son capaces de quitárselo sin sentir culpa, desprecio y vergüenza de sí mismas?
Por supuesto que todo no es tan sencillo, simplemente prohibiendo el pañuelo no se acaba con la falta de libertad de estas mujeres. Sólo erradicando el analfabetismo por medio de la educación conseguirá ir remediando poco a poco la desigualdad que sufren con respecto a los hombres, la represión, la esclavitud.
Y aquí es cuando el sacrificio y el coraje de algunas mujeres educadas de esta sociedad (Ayaan Hirsi Ali, Shirim Abad, Tsalima Nasreen...), alzadas en contra de estas prácticas dan una esperanza para poder desterrar por fin la ley sharia musulmana. Cualquiera que lea el Corán no puede más que horrorizarse por la violencia y crueldad que predica. El hecho de que una mujer del 2008 se rija por unas reglas diseñadas para cohesionar una sociedad analfabeta del siglo VII es una tragedia. Es difícil encontrar mayor desprecio por la vida, por la desigualdad y por el cerebro de las mujeres que el de las sociedades musulmanas.
Por otra parte muchas mujeres musulmanas educadas y viviendo en Occidente reivindican su derecho a llevar el "hijab" como seña de su identidad, su fe, su feminismo, su coquetería, su reivindicación... Perfecto si lo han elegido voluntariamente pero también deben saber adaptarse a las normas y valores imperantes en Occidente. Se quejan de que les es más difícil encontrar trabajo si van cubiertas con el velo o que no les permiten atender al público. Lógico, yo si quiero buscar trabajo en topless tampoco voy a conseguirlo. Hay unas normas implícitas en las empresas o cuando se atiende al público. Deben respetarse y a la salida que se vistan como quieran.
No se trata de arrebatarles su cultura, su tradición, su religión pero siempre bajo el referente de los Derechos Humanos y considerando también los valores occidentales donde residen.
Cada vez que estas mujeres educadas en Occidente se explayan voluntariamente con el "chador" o el "hijab" como expresión pública de su ideología no podemos por menos que pensar en las innumerables otras mujeres menos favorecidas de la sociedad islámica cuyo destino es la ignorancia más absoluta, el abuso sexual y moral a manos de su familia, la mutilación genital, el ser violadas y asesinadas con la bendición de la ley sharia.
Actualmente, no es fácil para las musulmanas respetar al tiempo la ley de Dios, la de los hombres y la de sus hombres. Me consta que muchas luchan por ello. Es una nueva generación. Ojalá lo consigan!
1 comentarios:
Es un valiente alegato. Bien desaarrollado. Certero.
Me quedo con la esperanza en esas nuevas generaciones a las que haces referencia pero, mientras se trabaja por esa educación, al tiempo se incuba el huevo de la serpiente de esas mismas generaciones que, bajo otros parámetros, se dirigen a distintas clases de "fundamentalismos"
!Vaciemos los cerebros! Tendremos gente dócil. Les depojaremos de la ciudadanía y los convertiremos en súbditos (de distintos reyes y dioses falsos)
HH
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