Tuesday, November 21
Aparte de enseñar Inglés, tengo cuatro horas a la semana de Cultura Religiosa (alternativa a la Religión) con dos grupos de 3º ESO y como es de esperar en una asignatura que ni ellos ni yo la tomamos muy en serio siempre hay algún barullo en la clase, que este año es la biblioteca del centro al no quedar disponibles otras aulas.
Ayer mi jefa de seminario y amiga, Alejandra me dijo: mañana bajo a la biblioteca a la hora de Cultura Religiosa y me haces el concurso de traslados (es más negada que yo para la informática).
Hoy después de repartir unas fotocopias con diferentes sistemas religiosos y decir a los estudiantes que lo fueran mirando para decidir sobre qué religión desean hacer el trabajo, llega Alejandra. Les pido que lo lean en silencio que tenemos que rellenar unos datos.
Nos sentamos al ordenador y empiezo a cambiar códigos de centros, a eliminar otros, confirmar los demás...
El murmullo va en "crescendo", ya es un barullo. Digo voy a mandarles callar, y me dice Ale ya voy yo, que a mi no me conocen. Se levanta, va hacia la última mesa donde están los chavales y les grita "el que hable, muere". Silencio sepulcral. Yo observaba la escena, Alejandra, pequeña(como yo) en medio de los chavales que nos sacan una cabeza mirándole fijamente, estupefactos sin saber a qué atenerse. Y no puedo contener la risa.Carcajada general.
Se acabó la poca autoridad que tenía en esta clase, ¡vaya añito que me espera!.
Alejandra me dice que se me está bien empleado por reírme y yo le digo que como se le ocurrió decir eso. Se callaron ¿no? contesta.
La risa ya nos ha jugado algunas otras malas pasadas pero ya lo contaré otro día.
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