Friday, March 4

Ha llegado el fin de semana después de unos días más o menos rutinarios, claro toda la rutina que te permiten unos alumnos de secundaria, siempre hay algún sobresalto pero no ha empezado el estrés de todos los exámenes, ésto llegará la próxima semana porque se avecina la segunda evaluación.
Ya me imagino el "profe, déjanos estudiar para..."(cualquier asignatura) y yo negándome "los exámenes se estudian en casa". Pero al final ni me atienden a mi, ni estudian la otra asignatura. Tengo que ir diciendo uno a uno "estamos en inglés" "deja la historia" pero erre que erre con el otro libro y apuntes abiertos debajo del pupitre y sacándolos de vez en cuando. Hasta que por fin ya cansada de luchar contra todos ellos, desisto y les permito estudiar un poco, aunque sin darme por vencida, antes les digo "bueno, vamos a corregir este ejercicio que nos queda y si os portais bien, podeis estudiar". Es el tira y afloja de todos los días.
Como con esos alumnos sudamericanos y sus dichosos gorros negros de lana, no consigo que me vengan un solo día sin ellos, saben que no se los voy a permitir en clase pero hasta que no les voy nombrando al pasar lista y avisando "el gorro" no se lo quitan.
Protestan siempre, ¿por qué no los podemos traer? porque no son adecuados aquí, no llueve ni hace tanto frio (aunque la calefacción no funciona muy bien y a veces hace bastante pero no hasta ese extremo). Todos los demás alumnos españoles no los traen. Me preguntan si tengo algo contra los immigrantes, nada más lejos de mi intención. Tengo que explicar que igual que a otros no les dejo estar en clase con gafas de sol (excepto si padecen una afección ocular) o con bañador... Simplemente no es adecuado y este gorro negro no es una prenda que tenga nada que ver con su tradicción cultural o con creencias religiosas. Lo traen porque ellos mismos quieren diferenciarse de los demás, es su seña de identidad, de pertenecer a una determinada pandilla.
Se que voy a pasar todo el curso con la misma cantinela pero no voy a abandonar, ellos van a perseverar un día y otro día en su actitud pero yo voy a insistir en la mía, porque si cedo en lo del gorro. luego voy a tener que ceder en permitirles no hacer nada en clase también y a eso no estoy dispuesta.

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